Enero 2019: El resumen
Terminó enero, el primer mes del año y el más largo –¿No le pareció que este mes se sintió eterno?–. Si usted estaba echando cabeza sobre lo que le pasó en 2018 que omitió el primer mes del 2019, aquí traigo un resumen escueto y para nada formal de los hechos que definitivamente hicieron de este eterno enero el mejor (o peor) mes del año:
(Hola, puede leer el resumen del 2018 aquí)
Año nuevo, presidente nuevo
Brasil estaba enfiestado por el fin de año y aún así tuvo que decirle “Hola” a un nuevo jefe de Gobierno: Jair Messias Bolsonaro está desde el 1 de enero a la cabeza del Ejecutivo del país de la samba, de las garotas y del fútbol no tan bien jugado. Bolsonaro no fue una monedita de oro y por eso no fue tan querido por muchos: mientras unos veían en el él un ‘Mesías’ que vendría a salvar a Brasil del lodazal de corrupción que dejaron sus predecesores; otros ven en él un ser autoritario “el Hitler suramericano” y un auténtico compadre para Donald Trump: un perfil misógino, ultraconservador, machista y hasta terrorífico.
La pelea contra los fantasmas de siempre
América Latina es un espacio de este planeta bien conocido porque aquí converge un fantasma del cual sus habitantes no se han logrado librar fácilmente: la corrupción; e iniciando este año nos dimos cuenta de lo que la corrupción y los intereses son capaces de hacer. En Perú durante los primeros días de 2019, el entonces fiscal Pedro Chavarry dio tremendo regalo a dos fiscales que estaban investigando la densa trama de corrupción en el país andino; el investigador despidió a Rafael Vela y a José Domingo Pérez porque supuestamente estaban irrespetando jerarquías institucionales.
El hecho trajo consigo una avalancha de reacciones y manifestaciones que terminaron vinculando a Chavarry con la dinastía Fujimori. En medio de la presión de la opinión pública que exigía respuestas, el fiscal reintegró a Vela y a Pérez a sus cargos y finalmente dimitió.
Ojalá se pudiera decir lo mismo del fiscal de Colombia, Néstor Humberto Martínez, que, aunque aparentemente esté embarrado en corrupción hasta el occipucio, él sigue insistiendo que no es así y que las pruebas que muestran sus vínculos con Odebrecht, el Grupo Aval, el fiscal ad hoc y los muertos con cianuro se enmarcan dentro de un asunto de mera ‘persecución política’. Aquí las cuantas marchas que se han hecho para pedir su renuncia no han sido tan efectivas como las del Perú, así que este intenso melodrama corrupto en Colombia aún no ha cerrado su primer acto.
La violencia retorna a las calles del país del café
Siguiendo en Colombia, el país vivió en enero lo que se siente volver a la violencia urbana luego de que un carro con 80 kilos de pentolita detonara en la escuela de cadetes de Policía general Santander. El hecho dejó un balance 22 muertos –incluido el autor material de hecho– y al menos 60 personas heridas.
El Gobierno de Iván Duque atribuyó el hecho a la guerrilla del ELN quien luego le dio la razón a los resultados de la investigación y de modo muy arrogante hizo saber a la opinión pública que “los muertos se lo buscaron”; Duque, ni corto ni perezoso pidió que los delegados de la guerrilla que pertenecían al equipo negociador que buscaban negociaciones de paz desde el Gobierno pasado en Cuba, se regresaran a territorio colombiano y que pagaran por el hecho.
El país de los dos presidentes
En este resumen era un hecho el resaltar la labor de un país que lleva batallando al menos 20 años para retornar a la democracia: Venezuela, que sintió enero como un mes crucial para su historia reciente. Esta historia es curiosa de contar:
Luego de unas cuestionadas elecciones en mayo de 2018, Nicolás Maduro estaba a punto a asumir nuevamente y por otros seis años como presidente de los venezolanos. Antes de que eso sucediera, un bloque de países del continente americano conocido como el ‘Grupo de Lima’ buscaba reversar esa investidura a como diera lugar y terminó reconociendo a la Asamblea Nacional venezolana como el único poder legítimo en el país caribeño. Lo mismo sucedió en la OEA.
(¿El por qué de las elecciones de 2018 en Venezuela fueron tan cuestionadas aquí?)
Hasta ahí no se sabía bien de quién era la exigencia: si del Grupo de Lima por no dejar posesionar a Maduro como presidente, o del mismo Maduro que a pesar de la intensa crisis que vive su país gracias a su arrebatada y “madura” gestión iba a ser presidente de nuevo porque él lo quería y punto; y así fue, llegó el 10 de enero y Maduro “renovó” su mandato. Sin embargo, el legítimo Parlamento venezolano dijo “no señor” aquí no se hace lo que Maduro quiera y el líder de la AN, Juan Guaidó, habló y llamó al apoyo de todos en Venezuela para lograr retornar a la democracia del modo más pacifico y colectivo posible.
En marchas convocadas por la oposición –en las que murieron al menos 40 personas y otras 900 fueron apresadas–, el 23 de enero Guaidó se respaldó el las facultades constitucionales que tenía como líder del Congreso venezolano y se juramentó como presidente interino de la nación petrolera. El hecho fue aplaudido por todo el mundo que se fragmentaba en dos: los que estaban con Guiadó y su plan de retorno a la democracia y los que estaban con Maduro y su eterno y para nada calmo régimen; Estados Unidos habló como nunca lo había hecho y respaldó al presidente encargado y empezó a acorralar activamente al régimen.
Una auténtica pataleta en EE.UU.
A propósito de Estados Unidos existe alguien allí experto en el tema de las pataletas, alguien listo para darnos cátedra en el tema: Donald Trump; que mantiene su amenaza en declarar Estado de emergencia para que por fin se destinen fondos para construir su muro fronterizo con México –sea de acero, sea de madera, sea de lo que sea, pero él quiere su muro–. La gente empezó a creer en su afán cuando una nueva caravana de migrantes salió de Honduras durante las primeras semanas de 2019, aunque ello no funcionó porque la tensión en EE.UU. se mantiene.
A pesar de las pataletas y las caravanas, Trump no la tiene fácil porque se está enfrentado constantemente con los demócratas en el Parlamento que no están cediendo en ningún punto pues gracias a ambas partes el cierre de la Administración se mantuvo 35 días sin acuerdos; y de hecho, se reabrió temporalmente el aparato federal para ver si así se llegaba a la negociación y Trump mostraba su actitud triunfalista como solo él sabe durante el discurso de Estado de la Unión el próximo 5 de febrero.
¿Y si no se logra llegar a un acuerdo con los demócratas? Bueno, ese sería un golpe bajo para Trump y un gran respiro para sus contradictores en el Parlamento norteamericano de cara las elecciones presidenciales de 2020. Pues parte de la opinión pública culpó a líder de la Unión Americana del shutdown y aplaudió la labor de Nancy Pelosi y los demócratas. Pero, creo que no hemos visto todo de Trump aún ¿Será que declarará la emergencia para construir el muro?
GRACIAS POR LEER.
Puede leer también la historia original en blog. Aquí.